viernes, 5 de enero de 2024

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR / Evangelio Ciclo "B"

 



DIOS SE HIZO HOMBRE PARA TODA LA HUMANIDAD

Evangelio de Mateo 2,1-12


A lo largo de los cuatro evangelios hay un tema central: que Israel, su pueblo, rechaza a Jesús, mientras que los paganos lo reconocen como Hijo de Dios. También los evangelios insisten en que en Jesús se cumplen los antiguos oráculos de los profetas, según los cuales los pueblos gentiles habrían de rendir homenaje al Mesías. Mateo, además, quiere mostrar cómo verdaderamente Jesús es el Mesías anunciado. Todo ello está presente y en la base de esta composición de la visita de los magos.

El evangelista nos sitúa en Belén, una aldea insignificante de Judea, que fue la cuna del rey David. El Mesías anunciado sería descendiente de este rey, de ahí que Mateo para el nacimiento de Jesús nos sitúe en este lugar, porque José, su padre, pertenecía a este linaje.

Tenemos en esta escena personajes antagónicos: el rey Herodes y los magos de Oriente. El primero representa el hombre cuyo corazón está poseído por el mal y que sostiene su vida en la ambición, la mentira, el poder, la soberbia, el egoísmo, que pretende la muerte de Jesús…, por eso él nunca podrá contemplar al Mesías, el Hijo de Dios. Los segundos representan el hombre cuyo corazón está poseído por la fe y que sostiene su vida en la bondad, la generosidad, la humildad, la defensa de la vida de los inocentes…, por eso puede contemplar al Mesías e Hijo de Dios en lo oculto y en donde otros no pueden hacerlo.

Los magos de Oriente son aquellos hombres que representa a toda la humanidad, a todas las razas y a todos los pueblos, porque el Mesías trae la salvación universal y para aquellos que saben buscarlo con alegría y con sincero corazón, llevados por la estrella de la fe, descubriéndolo y adorándolo en la pequeñez de un niño. En los regalos que le ofrecen hay un reconocimiento de Jesús como Dios (incienso), como rey (oro) y como hombre (mirra). Jesús no es el Mesías de los poderosos, guerrero, invencible… Jesús es el Mesías de la paz, del amor, de la fraternidad, de la misericordia… Jesús, hecho hombre, ha venido a ser hermano de todos, sin distinciones. Lo único que hace falta para reconocerle es tener fe.

Emilio J. Fernández, sacerdote

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