DOS FORMAS DE SER HIJOS DE DIOS
Mateo 21,28-32
No siempre comprendemos a los demás si nos fijamos más en sus defectos que en los buenos sentimientos de su interior. La grandeza del interior de una persona no está en sus buenas intenciones o voluntad, sino en las acciones que dan muestra de un corazón que se ha renovado por amor a Dios.