jueves, 14 de diciembre de 2023

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO / Evangelio Ciclo "B"

 



SER TESTIGOS DE QUIEN ES LA LUZ

Evangelio de Juan 1,6-8.19-28


Nuevamente nos centramos en la figura de Juan el Bautista con el enfoque que nos hace de él el evangelista Juan. Este profeta de vida extraña y cuyo mensaje atrae a muchos necesitados de perdón y de misericordia, también despierta la curiosidad y hasta la confusión en las autoridades judías que a través de emisarios quieren saber su verdadera identidad. 

“¿Quién eres?” o “¿Quién soy?”, son dos preguntas que nos llevan a un planteamiento profundo que no siempre hacemos. Nos preocupa más lo que tenemos o dejamos de tener que lo que somos. Juan el Bautista pudo definirse hasta con su propio nombre, y no lo hizo. Se definió como la “voz que grita en el desierto”, es decir, se presenta como un fracasado y como alguien insignificante. Pero es aquí en donde se encuentra su grandeza al ponerse en un segundo plano y darle todo el protagonismo al Mesías que anuncia. Juan ya no vive para sí sino para el que llega detrás de él, Jesucristo; y tras su encuentro con Jesús, el profeta, testigo y mensajero se vacía y desaparece en aquel que es el más grande, el Hijo de Dios.

Cuando uno se encuentra en su vida con Jesús, ya no somos ni lo que tenemos ni lo que hacemos, sino nuestra relación con Cristo: “Mi nombre es cristiano/a”, porque soy el que cree, espera y ama a Cristo.

El encuentro con Jesús le hace a Juan ser su testigo. Y es que todos estamos llamados a ser testigos de Jesucristo, que es la luz que nos saca de nuestras cegueras, porque quien lo ha conocido de verdad y lo siente en su vida no se puede callar esta experiencia transformadora. Nuestro testimonio consiste en desvelar a Jesús, hacer que otros lo conozcan, lo defiendan y vivan como él vivó. No siempre seremos comprendidos porque seremos rechazados y nos despreciarán. Pero llegar a ser libres es vencer los miedos y llenarnos de la autoridad que nos viene por nuestra fe en Jesús. Hoy hacen falta testigos y profetas, y Dios te está pidiendo que tú lo seas de quien es la luz, el Mesías y el Señor.

Emilio J. Fernández, sacerdote

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