jueves, 21 de diciembre de 2023

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO / Evangelio Ciclo "B"

 



LA OBEDIENCIA SIN CONDICIONES

Evangelio de Lucas 1,26-38


Este relato de la anunciación del nacimiento de Jesús se encuentra al inicio del Evangelio de Lucas. Se trata de una Buena Notica que se nos presenta no al modo de crónica histórica sino con una gran carga de contenido y lenguaje teológico.

Dios interviene a través de un mensajero que es el ángel, para hacer este primer anuncio de la venida de Jesús a quien ha tenido la dicha de ser la primera persona conocedora de este hecho único, novedoso y de incalculables consecuencias. 

La primera en enterarse de esta sorprendente acción divina es una mujer joven, María, que se encuentra en una insignificante aldea de Judea, llamada Nazaret. No sólo se le anuncia el plan de Dios, sino que Dios mismo le pide su colaboración y participación. Dios se ha fijado en ella para una misión que ni había soñado ni para la que se ve capacitada. Una sola palabra es la repuesta de María, un “Sí” que aglutina una confianza y un abandono total, a ciegas y sin seguridades. Dios se encargará de lo demás y le promete su compañía permanente a través del Espíritu Santo.

La venida de Jesús, el “Salvador”, es una iniciativa del Padre. Y es el Padre el que ha diseñado este acontecimiento misterioso y que supera a la razón y a la lógica humana. Todo ello está motivado por el amor que tiene a la humanidad un Dios que lo ha empeñado todo por estar más cerca de nosotros y para que podamos sentir su amor, su ternura y su misericordia a través de su Hijo.

Dos personajes centrales y nuevos, modelos de obediencia: María y Jesús. Ambos obedecen al Padre, y la obediencia será algo que les une y que será identitario en ellos, como también lo será la sencillez y la humildad. La obediencia a Dios siempre y hasta el final, sin entender ni pedir explicaciones, sin calcular sus riesgos…, será sin duda la característica de todo creyente y de quien acoge a Dios en su corazón. Nos pida lo que nos pida Dios, la mejor respuesta es la obediencia de quien libremente y por amor se entrega a la voluntad de Dios.


Emilio J. Fernández, sacerdote

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