jueves, 10 de noviembre de 2022

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO / Evangelio Ciclo "C"


PERSEVERAR EN LA FE

Lucas 21, 5-19

Aproximándonos a la clausura del año litúrgico, La Iglesia nos propone este relato lucano, el cual, coincidiendo con los demás evangelios, nos sitúa al final de la predicación de Jesús en la ciudad de Jerusalén. Contemplando el templo, son muchos los comentarios de quienes se maravillan de su belleza y grandeza, pues se trata de un símbolo del judaísmo y de la identidad nacional israelita, y, a su vez, uno de los fundamentos, junto a la Ley de Dios, de la fe del pueblo de Dios de la Antigua Alianza, que expresa la presencia de Dios que habita en medio del pueblo, de ahí que sea imposible pensar en su destrucción.

Al hilo de esos comentarios, Jesús entra en un diálogo con los presentes al profetizar la destrucción del templo, entendido como Casa de Dios. Esta desaparición del lugar más sagrado en la tierra para los israelitas será el punto final de la Antigua Alianza y el comienzo de Nueva Alianza, sellada con la muerte del Mesías, dando nacimiento, tras su resurrección, al nacimiento de un nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, el pueblo de la Nueva Alianza.

Con lenguaje escatológico, Jesús anuncia y describe los acontecimientos del fin, pero de esta forma el evangelista está exponiendo su manera de interpretar y entender, desde su presente, la historia de la salvación en sus tres etapas: la destrucción del templo de Jerusalén, tiempo de misión o de la Iglesia, y, por último, la venida del Hijo del Hombre, que traerá la plenitud del reino de Dios.

Para Lucas, la destrucción de Jerusalén y del templo es el final de una etapa salvífica pero no es la llegada del fin, porque ese fin sucederá con la segunda venida del Señor. Mientras tanto, y ante la impaciencia de muchos cristianos de la Iglesia primitiva, Lucas coloca palabras proféticas de Jesús que advierten de lo que acontecerá, es decir, de lo que sucederá y está por venir.

Lucas pretende con este texto dar a su comunidad de creyentes en el Resucitado las fuerzas y el coraje suficientes para vivir y afrontar, en un tiempo de testimonio, hostil y hasta martirial, todas las pruebas que van a experimentar por ser cristianos. Y así nos anima a todos los cristianos de todos los tiempos a permanecer fieles hasta el final.

¿Qué nos recomienda Lucas a través de las palabras de Jesucristo? Que tengamos cuidados con los mensajes engañosos y catastróficos de falsos profetas, que aparecerán en momentos de crisis y que prometerán tiempos mejores con ideologías y proyectos destructivos. Será un tiempo de persecución de los seguidores de Jesús con guerras, enfrentamientos y divisiones. No hay que temer, más bien hay que tener la confianza de que no estaremos solos, porque el Espíritu Santo nos asistirá con su ayuda. Los que perseveren se salvarán.

Emilio José Fernández, sacerdote


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