Este capítulo diez, el evangelista Marcos lo cierra con la curación de un ciego, con nombre propio, Bartimeo. La ceguera era y es una enfermedad muy común en el Oriente Próximo, siendo las causas el desierto, el polvo, la falta de higiene y el extraordinario resplandor de la luz solar. Por eso Jesús, como se observa en los evangelios, hubo de conocer a muchos ciegos.