Comenzamos el tiempo litúrgico de Adviento con un relato del evangelista Lucas que nos traslada al final de los tiempos, momento en el que se producirá la segunda venida del Señor, en majestad y gloria.
Comenzamos el tiempo litúrgico de Adviento con un relato del evangelista Lucas que nos traslada al final de los tiempos, momento en el que se producirá la segunda venida del Señor, en majestad y gloria.
Este relato del evangelista Juan sobre el proceso de Jesús ante Pilato, intenta poner luz en cuanto al poder y la autoridad de Jesús, cuestionada en muchos momentos de su vida pública por las autoridades religiosas y por el pueblo. Hay ocasiones en las que el mismo Jesús huye para no ser proclamado rey.
El capítulo 13 de Marcos, en un lenguaje escatológico que mira al futuro con el deseo de consolar a los cristianos que sufren en su presente por las injusticias y especialmente por las persecuciones por parte del imperio romano, nos habla de la pronta venida de Jesús al final de los tiempos, y con ello de la venida definitiva y en plenitud del reino de Dios y de su triunfo.
El evangelista Marcos tiene una gran maestría para contractar una realidad con otra, y en esta ocasión lo hace entre dos conductas antagónicas, la de los letrados y la de la viuda pobre, como una advertencia y enseñanza a la comunidad cristiana.
Para comprender mejor este relato, debemos tener en cuenta que previamente Jesús ha tenido ya varios enfrentamientos dialécticos y sobre algunos temas controvertidos con los dirigentes religiosos de Israel, que se oponen a Jesús porque no consideran su mensaje ni sus formas de actuar lo suficientemente correctas dentro de la ortodoxia judía.