"Un niño nos ha nacido"
Para el evangelista Lucas, Jesús nació dentro de la normalidad y en el contexto de los sucesos históricos propios de su época, no habiendo preparado Dios nada extraordinario, por eso, el nacimiento de Jesús pasó desapercibido para todos. Jesús entra en nuestra historia humana como uno de tantos.
Nada es extraño esa noche, pues entonces como ahora son muchos los niños que nacen en condiciones de extrema carencia y muchos trabajadores, como los pastores, desempeñan su labor en condiciones precarias y duras.
El ángel rompe el silencio de la noche y anuncia la buena noticia, dando solo una señal, una pista: “Encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Solo los pastores entenderán su significado, porque los corderos que se destinaban para sacrificarlos en el Templo de Jerusalén, cuando nacían, los pastores hacían con ellos lo mismo (envolverlos en pañales y acostarlos en un pesebre). Jesús es así presentado como el Cordero de Dios que será sacrificado para perdón de los pecados de toda la Humanidad.
Jesús nace tan discretamente que solo es encontrado por los sencillos y humildes. En la fragilidad y pequeñez de un niño, ¿quién lo iba a reconocer? Dios se revela y se deja ver por quienes tienen necesidad de él y poseen un corazón que ama y es solidario.
Emilio J., sacerdote